
Fuiste quizás la sorpresa de aquel viaje.
Llegue a tu ciudad enamorado de sus viejos tranvías de madera, de su río, de sus edificios en decadencia, de aquel terremoto, en lo que fue la city de una parte del mundo, frontera de países, ciudades hermanas. Pero siguiendo el río, buscando una torre emblemática, siguiendo un tren moderno cargado de seguidores de tu equipo de fútbol, tanto alboroto hizo más grande tu presencia. Barrio de Belém, tu también escondes paz en tus viejos claustros.