Todos nos hemos sentido intrusos alguna vez, y sobretodo hemos sentido que entraba aire nuevo cuando llegaba elementos que hacían variar lo programado, lo esperado, lo lógico, lo que nos habían contado. Allí estaba ellos calentándose porque el tiempo no daba tregua y esperando el turno de la entrega de presentes. La candela se iba apagando y la hora esperada a punto de llegar. ¿Seremos bien recibidos? ¿Entenderán el objetivo de nuestra visita? ¿Comprenderán que nosotros somos como los demás? Es decir, diferentes.
La ronda de los presos
Hace 8 meses
7 comentarios:
Me cuesta mucho trabajo sentirme como en casa si no es en mi propia casa evidentemente.
Eso no lo he superado nunca, por algo es eso te lo aseguro.
Un abrazo
La foto es buenísima Antonio
Dicen que fueron muchos los que llegaron al Portal de Belén... quien sabe.
Eso sí, la fotografía es genial. Estoy de acuerdo con Juan.
Luz y Aguaó, gracias a ambos por vuestra visita a este riachuelo fronterizo.
Muchas veces pienso que las extrañas visitas, los ángeles que viene y van, apariciones, astronautas de más allá de varios años luz... todos somos los mismos... el tiempo se vuelve redondo ....
Saludos
Antonio
Cíclico. Como el círculo de la vida del Rey León...
No es descabellado eso que has escrito amigo Antonio.
Un abrazo.
el ciclo sin fin...suerte que de vez en cuando abre una ventana por la que entra el aire fresco y tiene en el alfeizar un búcaro con agua fresca donde beber.
Antonio
Gracias amigo.
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