Ellos sabían como jugar con la luz, y nosotros lo heredamos. Ahí queda. En todos sus dominios florecieron con la sabiduría de conjugar agua y sol. Incluso lejos de las vegas del Guadalquivir y de las nieves de la Alhambra, incluso en la costa levantina, en su capital, preciosa, moderna y mora, sí, mora de la morería, que dejaste a tus barrados conquistadores el cielo esculpido en cúpulas para que hasta no hace mucho los mercaderes sacaran partido de tu sabiduría. El cielo entre nubes de algodón.
La ronda de los presos
Hace 8 meses
4 comentarios:
Que preciosos esos rayos de luz, en algunos baños árabes le ponían cristales de colores y con el vapor imagínate.
Buena noche Antonio.
El juego de las luces, las sombras, el calor, el frío... eran magos para el tema de los baños... y limpios... más que los que vinieron después...
Antonio
¡Qué belleza de texto! mi familia paterna era andaluza pero tras la guerra ya no volvieron. Siempre pensé que no quería romper ese hilo así que cada vez que voy me empapo de luz y azahar, y cante del bueno, y de esa magia de conjugar agua y sol de la que hablas. Una preciosa entrada que reivindica la cultura andalusí y el legado árabe , tan hermoso. Un abrazo
Gracias Marisa,y bienvenida a estas barreduelas callejoneras.
Tu has hablado acertadamente de magia... que por cierto en tu blog he podido percibir...
El legado árabe... tanto que aprender...
Saludos
Antonio
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